En 1992 la OMS recomendó que los bebés no durmieran boca abajo para evitar las muertes súbitas. La campaña tuvo mucho éxito, logrando reducir las muertes de lactantes, pero trajo como consecuencia el temor a colocar a los bebés de barriga en todo momento. Esto llevó a un aumento de lactantes con retraso motor y con plagiocefalia posicional (de la que hablamos hace poco aquí en el blog).
El tiempo que pasan los bebés en posición prona (acá le llamamos de barriga) les da muchos beneficios que han sido corroborados por una revisión sistemática publicada en Pediatrics en 2020. En este trabajo, Hewitt revisó 16 estudios donde se evaluaron más de 4000 bebés sanos en su primer año de vida. El tiempo de barriga se asoció a un mejor desarrollo motor grueso. Además los bebés que pasaron tiempo de barriga se acercaron más a sus percentiles esperados de índices de masa corporal a los 4 meses y lograban voltearse, rodar y arrastrarse con más facilidad. El otro beneficio es la reducción de incidencia de deformidad craneal posicional.
La OMS considera el tiempo en prono una actividad física específica y recomienda 30 minutos de barriga al día para los bebés menores de 6 meses, siempre bajo supervisión. Los pediatras debemos promover el tiempo de barriga incluso desde la primera semana de vida y resolver las dudas que tengan los padres al respecto.
Puedes revisar el artículo completo aquí:
Puedes ver la charla sobre deformidad craneal en niños aquí: https://youtu.be/dxG84KYf5Wg
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