¡Hola todos!
Esta semana la revista Lancet ha lanzado una serie de publicaciones denominada Recién nacidos pequeños y vulnerables, destinada a llamar nuestra atención para dedicar nuestros esfuerzos a disminuir la morbimortalidad neonatal.
El primer documento publicado parte de un dato muy relevante: uno de cada cuatro recién nacidos es muy pequeño o muy vulnerable, lo que representa una preocupación enorme para la salud pública, los derechos humanos, la economía y el desarrollo.
El estudio de Ashorn (Lancet, 2023) revela un estimado de 135 millones de recién nacidos vivos en el mundo en el año 2020, estando la población vulnerable (25%) constituida de la siguiente manera:
- 16.3% de nacidos vivos fueron neonatos a término pequeños para edad gestacional
- 8.8% de nacidos vivos fueron prematuros con peso adecuado
- 1.1% de nacidos vivos fueron prematuros pequeños para edad gestacional.
La distinción de este subgrupo de neonatos vulnerables es importante porque la mitad de la morbimortalidad neonatal afecta a esta categoría de pacientes, siendo la gran mayoría (2/3 partes) provenientes del sur de Asia. Estos datos son estimaciones ya que la mayoría de países con alta morbimortalidad neonatal no llevan registros confiables de los nacimientos y causas de fallecimiento en neonatos.
Cuando se engloba a estas poblaciones de prematuros y bebés pequeños para edad gestacional en una sola gran categoría, se puede diseñar un nuevo marco conceptual que los autores muestran en la siguiente figura:
La intención de los autores es colocar la atención en esta población para reducir la incidencia de la misma y mejorar la atención de los neonatos afectados, con el fin de favorecer el desarrollo saludable a largo plazo. El artículo enumera las estrategias comprobadas y potenciales para cada subgrupo, estimado el impacto de las mismas en la reducción de la población vulnerable afectada (ver figura a continuación). La implementación de estas estrategias preventivas, además de la universalización de prácticas como el uso de corticoides y el clampaje tardío del cordón umbilical, contribuirían a una reducción significativa de los nacimientos de bebés vulnerables y de los fallecimientos en esta población de alto riesgo.
Los autores llaman a realizar acciones para reducir el número de nacimientos de bebés vulnerables siguiendo estos tres pasos: el reconocimiento del problema, la implementación de estrategias preventivas y un registro más preciso y confiable de los nacimientos y sus características, con el objetivo máximo de que todos los bebés tengan la oportunidad de nacer vivos, en el momento apropiado y con un tamaño adecuado.
La primer publicación de Lancet de esta serie tiene acceso libre y la puedes leer completa aquí.
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