¡Hola todos!
Hoy revisamos algunos casos de bebés encefalopáticos y conversamos sobre el rol de la ecografía en la evaluación de estos pacientes. Para ampliar el tema, revisamos el artículo de la Dra. Salas (Neonatology 2018) sobre la utilidad de este método de neuroimagen.
Lo que resulta muy importante es el estudio seriado de los pacientes en manos de personal con experiencia, ya que las imágenes iniciales pueden no mostrar anormalidades, mientras que las que obtenemos en los controles a las 48-72 horas pueden mostrar lesiones mucho más evidentes.
En la fase aguda de la EHI (primeras 72 horas) se inicia la cascada bioquímica de liberación de neurotransmisores excitadores y el cuadro clínico consiste en encefalopatía y signos clínicos de alteración del tono muscular y los reflejos. Sin embargo, los hallazgos en ecografía pueden ser mínimos. Recordemos además que en las primeras 36 horas los ventrículos de un recién nacido normal se ven pequeños. En esta fase los hallazgos ecográficos que típicamente aparecen después de las 24-48 horas son:
hipercogenicidad de la sustancia blanca, marcando un contraste con la sustancia gris
borramiento de los surcos y circunvoluciones
colapso de los ventrículos
desaparición del espacio subaracnoideo (a nivel de la cisura interhemisférica y las cisternas de la base).
disminución de los índices de resistencia (por debajo de 0.55)
En la fase subaguda de la EHI (tercero a séptimo dia) podemos encontrar lesiones que definan el patrón de la asfixia, como la distribución parasagital, las lesiones de la sustancia blanca, compromiso de los núcleos basales (del patrón de asfixia casi total) y patrones mixtos. Si bien la ecografía es muy útil en esta etapa, es necesario completar el estudio con RMN cerebral, que es el método diagnóstico de elección y que tiene además utilidad pronóstica según la distribución de las lesiones.
En la fase crónica lo que domina son las imágenes que muestran disminución de volumen de las áreas afectadas (atrofia cerebral). Esto se acompaña de ventriculomagalia leve (por pérdida de la sustancia blanca adyacente) y aumento del espacio subaracnoideo. El paciente presentará microcefalia.
La otra gran utilidad de la ecografía en estos pacientes es que nos ayuda a descartar o alejar otras patologías que pueden confundirse con EHI (hemorragia intracraneal, infarto cerebral, infecciones, algunos errores innatos de metabolismo). Recordemos que el diagnóstico diferencial de la encefalopatía neonatal aguda es amplio y por tanto una primera aproximación con ecografía nos será muy útil para los siguientes pasos en el diagnóstico.
Puedes leer el artículo de Salas aquí: https://www.karger.com/Article/FullText/487913
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