¡Hola todos!
Muchos disfrutamos diariamente de una taza de café, pero ¿recordamos cúal es el mecanismo de funcionamiento de la cafeína en el sistema nervioso central?
Se han descrito 4 mecanismos de acción en el adulto (Huberman Lab, 2022):
Bloqueo de los receptores de adenosina, el neurotransmisor que cuando se acumula provoca la sensación de fatiga y la necesidad de sueño. En otras palabras, la cafeína apaga temporalmente nuestra "alarma de cansancio".
Es un agente reforzador, es decir, aumenta la probabilidad de repetir una conducta asociada a su consumo
Aumenta la eficacia de dopamina de los circuitos cerebrales de recompensa
Incrementa los niveles de dopamina y acetilcolina en los circuitos prefrontales encargados de modificar y ajustar estrategias para adaptarnos a situaciones sociales, físicas y mentales demandantes.
Ya sabemos ahora por qué el 90% de los adultos consume cafeína de un modo u otro todos los días! Pero... ¿cuál es el efecto de esta sustancia en el cerebro del prematuro?
La adenosina es una molécula endógena que puede ser encontrada en numerosos sistemas en el ser humano: nervioso, respiratorio, cardiovascular, coagulación, etc. En los prematuros se presume que el efecto de la cafeína es la activación del centro respiratorio ubicado en el tronco cerebral, bloqueando los receptores de adenosina de tipo A1 y A2A. Este bloqueo de receptores especificos mejora la sensibilidad y la respuesta de los centros respiratorios frente a los niveles de CO2 y oxígeno y optimizaría la función diafragmática. En comparación con otras metilxantinas, la cafeína tiene un mejor perfil de seguridad y un rango terapéutico más amplio, lo que permite su uso diario y evita la necesidad del monitoreo de concentraciones sanguíneas.
Revisamos un artículo reciente sobre los efectos de la cafeína sobre el prematuro en dos aspectos específicos: prevención del apnea y sus efectos sobre el neurodesarrollo. Ambos efectos son importantes de evaluar en conjunto ya que la frecuencia de las apneas correlaciona con el grado de prematuridad; así mismo, existe una relación con el riesgo de afectación del desarrollo por los episodios de apnea intermitente.
El metaanálisis publicado por Oliphant (j Perinatol, 2024) contiene la valoración de 15 ensayos clínicos randomizados que incluyeron 3530 prematuros. Algunos estudios valoraron los efectos de la cafeína con dosis variables, y otros incluyeron el seguimiento del neurodesarrollo hasta pasada la niñez. Ningún estudio evaluó el desarrollo en la adolescencia.
El resultado primario fue el efecto sobre el apnea. A pesar de la heterogeneidad de los estudios, los autores encontraron un efecto favorable para el uso de la cafeína en comparación con placebo (RR 0.59 IC 0.46-0.75, con 453 pacientes).
El segundo resultado primario de comparación fueron dosis altas vs bajas de cafeína (>10 mg/kg/d vs < 10 mg/kg/d), encontrándose evidencia a favor de dosis altas (RR 0.22, IC 0.27-0.17, 560 pacientes) aunque el efecto de tratamiento fue considerado pequeño.
Ambos resultados pueden verse graficados en estos forest plots:
En cuanto a los resultados secundarios, la evidencia de nivel de certeza moderado mostró un beneficio clínico probable al emplear cafeína vs placebo en casos de displasia broncopulmonar y ductus arterioso. También se encontró un efecto favorable de la cafeína vs placebo sobre el desarrollo motor en la infancia, mientras que no hubo efecto sobre el desarrollo cognitivo, emocional ni sensorial (visual y auditivo)
La evidencia no fue suficiente para demostrar efectos de las dosis altas vs bajas de cafeína sobre los episodios de hipoxemia intermitente, retinopatía de la prematuridad, duración de la ventilación mecánica o CPAP, ni sobre efectos a futuro como la ganancia ponderal, el tiempo para iniciar la alimentación enteral, el desarrollo de asma o sobrevida sin retraso del desarrollo.
Otras revisiones sistemáticas, incluyendo la de Cochrane, encontraron evidencia de que las dosis más altas de cafeína pueden ser más efectivas para reducir la tasa de falla en las extubaciones. Estas revisiones incluyeron metilxantinas como aminofilina o teofilina que actualmente están en desuso. Oliphant y sus colaboradores señalan que si bien intentaron hacer un análisis de la eficacia de la cafeína basado en la indicación específica de su uso (profilaxis, tratamiento de apnea, preparación para extubación, hipoxemia tardía, DBP) y en subgrupos según edad gestacional, la falta de datos no permitió obtener estos resultados.
El artículo de Oliphant en versión completa se encuentra en el siguiente enlace:
La revisión sistemática de Cochrane sobre los efectos de la cafeína en el prematuro está aquí:
Puedes escuchar este episodio del podcast Huberman Lab sobre los efectos de la cafeína en el cerebro adulto: