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Revisamos hoy un tema que de vez en cuando enfrentamos en nuestros hospitales: las caídas de los bebés. Si recordamos la presentación típica de estas caídas, éstas ocurren cuando los bebés y sus padres pasan los primeros días posteriores al parto y suelen asustar mucho a la familia.
En un estudio realizado en tres hospitales de EEUU, se identificaron 24 caídas en un periodo de 40 meses (40349 nacimientos). El 79% de las caídas ocurrió en el turno nocturno, entre las 11 pm y las 8 am, y en 67% el bebé se encontraba en brazos o siendo alimentado, y su madre o padre se quedaron dormidos. Si bien cinco bebés presentaron alteraciones en el examen del cráneo, ninguno de los 24 pacientes tuvo anormalidades en el examen físico.
Dos bebés presentaron fracturas de hueso parietal en las radiografías de cráneo y otros dos presentaron pequeños hematomas subdurales (2-3 mm) identificados mediante tomografía. Se realizó tomografía en los casos de radiografías patológicas y no se identificó sangrado. Esto nos sugiere que ni las lesiones craneales ni las fracturas permiten identificar pequeñas hemorragias subdurales. Por otro lado, los autores del estudio tampoco pudieron excluir que estos hematomas subdurales representaran injurias del parto y no necesariamente provocadas por la caída.
Un aspecto importante de este patrón de caídas es que todas ocurrieron a partir de una altura menor de un metro (aproximadamente la altura del regazo de un adulto promedio) o menos (silla o cama). Esto explicaría la escasez de signos clínicos en el examen físico.
Otro punto es que el enfoque diagnóstico (sólo radiografía, radiografía y tomografía) y el manejo (observación, hospitalización, criterios de ingreso a UCI) son diferentes según cada institución, puesto que no existen hasta el momento guías para el manejo de estas caídas.
Los autores participaron de una serie de 58 casos con el mismo mecanismo de caída, ninguno de los cuales tuvo lesión intracraneal severa. Esto quiere decir que un periodo de observación entre 3 y 24 horas es suficiente y nos podría ahorrar el estrés de la sedación y evitar la exposición a radiación asociadas a la tomografía.
En los casos de bebés que presentaron hematomas subdurales, particularmente aquellos infratentoriales, no se puede discernir si fueron ocasionados al momento del parto o secundarios a la caída. Estas lesiones pueden ser encontradas en forma incidental en resonancias neonatales de pacientes con partos normales.
Un trabajo más reciente publicado por Dunbar (Neurology,2023) evaluó la relación entre la presencia de lesiones cerebrales y los signos externos de trauma craneal (edema de cuero cabelludo y cefalohematoma) y no encontró relación entre estas dos variables. Esto nos sugiere que no debería ser necesario identificar estos signos externos para sospechar lesión cerebral especialmente en los casos donde se sospeche encefalopatia hipóxico-isuqémica o accidente cerebro vascular, ya que ésta puede existir en presencia de una evaluación normal del cráneo.
Concluimos que las caídas de neonatos que ocurren en el hospital (de brazos de sus padres) suelen ser benignas y muy rara vez requerirán intervención más allá de la observación. En caso de existir mecanismos distintos de trauma craneal (mayor altura, posibilidad de abuso infantil, accidentes de tránsito) o un examen neurológico anormal si será necesario el uso de exámenes complementarios.
El estudio descriptivo de caídas neonatales en el hospital publicado por Kahn en 2017 puede ser leído en su versión completa aquí:
El artículo de Dunbar puede ser revisado aquí: