Hola todos!
Revisamos ahora la segunda parte del artículo de Inder, Volpe y Anderson, que se refiere a las alteraciones en la maduración cerebral en el prematuro.
La vulnerabilidad del cerebro del prematuro frente a la injuria se explica por su interferencia en los fenómenos extraordinarios de la maduración cerebral que ocurren entre las 20 y 40 semanas. Desde el alta podemos identificar alteraciones en la resonancia magnética, como por ejemplo disminución del volumen de algunas regiones cerebrales, como la corteza, la sustancia blanca, tálamos y ganglios basales. Algunas secuencias y procedimientos especiales aplicados a las imágenes de resonancia muestran que la superficie cortical y la formación de circunvoluciones están disminuidas, mientras que las resonancias funcionales muestran una conectividad disminuida especialmente en las áreas tálamocorticales. Las áreas más vulnerables a alteraciones de la maduración se muestran en la figura.
Las alteraciones secundarias a la injuria de los oligodendrocitos inmaduros resultan en hipomielinización. Este proceso inicia con la falla en la maduración del preoligodendrocito (sustancia blanca) y en su función de recubrir los axones, las cuales, mediante mecanismos anterógrados y retrógrados, producen un deterioro en la maduración de las propias neuronas (sustancia gris). Esta combinación de injuria simultánea sobre la sustancia blanca y gris se denomina encefalopatía de la prematuridad. Por otro lado, algunos estudios en animales se han descrito alteraciones del desarrollo cortical provocadas por la hipoxia con distorsiones de la conectividad en el hipocampo y en la memoria de trabajo.
Existen otros factores relacionados con la estancia de los bebés en la UCIN, como la nutrición y el crecimiento, así como experiencias como el dolor, el estrés y la exposición intensa a ruidos o luz. Se desconoce si estos factores actúan de forma primaria o si por el contrario, son moduladores del desarrollo cerebral.
Correlación entre hallazgos y neurodesarrollo
Las reducciones en el volumen cortical frontal, temporal y parietal se asocian con un menor desarrollo cognitivo y del lenguaje. En la corteza temporal se han reportado disminuciones del tamaño del hipocampo, pero la correlación con alteraciones de la memoria es dudosa.
También se han reportado una reducción en el tamaño de los tálamos y ganglios basales de 6 a 10%, que se asocian a un mal desempeño en edad escolar, menor coeficiente intelectual, memoria, conducta y función motora. También se ha encontrado asociación de estas alteraciones de los núcleos grises profundos con una pobre coordinación motora y retraso de lenguaje a los 7 años.
En cuanto al compromiso del cerebelo, la reducción de su volumen se asocia a signos tempranos de retraso del desarrollo y en el largo plazo a déficits del coeficiente intelectual, lenguaje y función motora. Estas alteraciones pueden seguir afectando al prematuro cuando llega a la adolescencia y la vida adulta.
Posibles intervenciones
La prevalencia de desnutrición entre los prematuros es alta, y su rol en el desarrollo cerebral no es cuestionado. En algunos estudios empleando RMN cerebral se ha encontrado asociación entre la lactancia materna y una mejor maduración de la sustancia blanca.
Las anormalidades del desarrollo cerebral relacionadas con el dolor y el estrés afectan a áreas ricas en neuronas como el hipocampo, la corteza cerebral y el tálamo, así como la conectividad entre estas áreas.
En cuanto a los estímulos auditivos, existe una correlación entre el ambiente auditivo y el desarrollo de lenguaje en los prematuros. La experiencia visual también juega en el desarrollo del prematuro, El desarrollo de la corteza visual está muy activo en el prematuro y durante los primeros meses de vida.
Finalmente, no podemos olvidar los factores relacionados con los padres y la familia. El nivel socioeconómico y el nivel de instrucción de la madre tienen un efecto modulador sobre el desarrollo, El estrés persistente, que es muy frecuente en estas circunstancias, puede afectar el neurodesarrollo que puede ser modulado con un cuidado parental cariñoso y sensible. Una revisión Cochrane sobre las intervenciones sobre el desarrollo de prematuros (Spittle 2015) mostró beneficios que se extienden hasta la etapa preeescolar, pero no más allá. Otros estudios sugieren que dichas intervenciones se asocian con menor frecuencia de problemas de conducta en el niño, así como menor frecuencia de síntomas depresivos o ansiedad en los padres.
Puedes revisar el artículo en su versión completa en el siguiente link:
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